Ocultar / Mostrar comentarios

«La transformación tecnológica constituye una oportunidad de desarrollo de nuevos negocios, que la abogacía debe saber aprovechar»

  • 4-7-2019 | Wolters Kluwer
  • Hablamos con José Luis Ruiz Pérez, Socio de Braintrust y responsable del informe "Abogacía futura 2020. Áreas de negocio emergentes", elaborado por la consultora tecnológica Braintrust para el CGAE, y que anticipa el impacto que sobre el negocio de la abogacía van a tener tecnologías como la IA, blockchain, la impresión 3D, la realidad virtual o sectores como la sanidad y la investigación médica.
Portada

El informe «Abogacía futura 2020. Áreas de negocio emergentes», elaborado por la consultora tecnológica Braintrust para el CGAE anticipa el impacto que sobre el negocio de la abogacía va a tener tecnologías como la IA, blockchain, la impresión 3D, la realidad virtual o sectores como la sanidad y la investigación médica.

Diario La Ley ha conversado con José Luis Ruiz Pérez, Socio de Braintrust, sobre el enfoque y la metodología aplicados para la elaboración de este informe, publicado por Wolters Kluwer y disponible en este enlace.

Esta entrevista complementa a la realizada a Eduardo Íscar, decano del Ilustre Colegio de la Abogacía de Salamanca y consejero del CGAE impulsor de este informe.

DIARIO LA LEY: ¿Qué objetivos se plantearon con la elaboración de este informe?

José Luis Ruíz: Yo diría que el principal fue no limitarnos a encauzar todo el espectro de tecnologías disponibles, sino, centrarlo en cosas concretas, en detalles concretos. Se trataba de un reto muy grande y que precisamente por eso nos hizo tanta ilusión.

Para elaborarlo creamos un equipo de ingenieros, analistas y tecnólogos que nos reuníamos periódicamente con el objetivo de tratar de identificar el tipo de impacto que las diferentes tecnologías van a tener en el sector de la abogacía, conscientes de que casi cualquier campo que tenga impacto en la sociedad, automáticamente tiene una repercusión en la abogacía, porque la abogacía es una representación de la sociedad en cuanto a que la defiende y protege sus derechos. De ahí que cuando apreciábamos que una tecnología va a tener un impacto social lo traíamos a la mesa de trabajo para valorar, junto con los miembros del CGAE que han impulsado esta iniciativa, como Eduardo Íscar, su impacto en la abogacía.

DLL: ¿Cómo se ha realizado este Informe, cuál ha sido la metodología y el trabajo de campo realizados?

JLR: Para ser franco le diré que, de entrada, no sabíamos exactamente cómo poner el cascabel al gato, porque es un tema muy amplio y muy complejo. Empezamos con un grupo de cuatro investigadores que se dedicaron a reunir referencias procedentes, entre otras fuentes, de nuestros observatorios de innovación en cuatro países, así como de diferentes sectores como energía, seguros y teleco.

A continuación fuimos reuniendo referencias, ordenándolas y cribándolas. Una vez que tuvimos ordenados los campos tecnológicos más importantes, comenzamos un trabajo mucho más de detalle, de tratar de investigar has qué punto cada una de esas tecnologías estaba aterrizado en cosas concretas. Puedo ponerle varios ejemplos de tecnologías muy avanzadas que desechamos, como la computación cuántica, que tendrá su efecto en un futuro, pero que por ahora está muy verde.

Tuvimos reuniones prácticamente semanales para comentar los avances con el CGAE, pues no podíamos tomar decisiones unilaterales. Con ellas fuimos seleccionando y desechando ideas y tratando de aterrizar sus aplicaciones concretas. De ahí nació la metodología de las fichas e indicadores que hemos utilizado y que además de ser muy visual permite organizar el recorrido.

Además, desde el principio intentamos, no solamente que fuesen Informes abiertos, porque toda la tecnología está avanzando, sino también de generar preguntas en los interlocutores, de invitarles a generar negocio más allá de su actividad habitual de representación o asesoramiento de sus clientes, como puede suceder con el caso de los Smart contracts. Hasta ahora estos están siendo desarrollados por ingenieros o compañías tecnológicas, que no están bien asesoradas ¿por qué no crear bufetes especializados en el asesoramiento y desarrollo de esas nuevas tecnologías?

DLL: ¿Ha sido difícil el diálogo entre tecnólogos y juristas?

JLR: Muchas veces, lo más difícil es que ambas partes se entiendan, pero debo decir que en nuestro caso, el equipo de trabajo lo componían profesionales muy preparados y de mentalidad muy abierta.

Además, el equipo asumió el riesgo de elaborar unas predicciones sobre temas sobre los que se carecen de estudios previos o que ni siquiera se tratan en la bibliografía. Temas como el uso de las criptomonedas para el blanqueo de capitales, sobre los que no hay estudios pero sobre los que nos constaba el uso que se está haciendo. Cada vez que nos enfrentábamos a un tema de este tipo surgía la pregunta de ¿hasta qué punto nos tenemos que arriesgar a opinar sobre esto? Al final llegamos a la conclusión de que en la medida en que das un paso adelante el lector lo agradece, porque se dan a conocer las diferentes posibilidades. Además, hay que tener en cuenta que este tipo de trabajos no están nunca cerrados. De hecho, desde que empezamos el trabajo hace unos meses estamos viendo ya directamente evoluciones que está habiendo en muchos de los temas que hemos tratado.

DLL: Como responsable de la elaboración de este informe, ¿qué dos o tres temas considera que son los que van a tener mayor impacto en la abogacía?

JLR: Un aspecto que me ha sorprendido durante la elaboración del informe es que la mayoría de las aplicaciones de las nuevas tecnologías fundamentalmente constituyen, más que una amenaza, una oportunidad para la profesión.

Las amenazas, que las hay, están referidas fundamentalmente a la sociedad y a los derechos fundamentales de los ciudadanos. Pero ello, en el fondo, es una oportunidad para los abogados, que van a tener que estar ahí, protegiendo los derechos de las personas y de la sociedad. De ahí que piense que el impacto de las tecnologías van a ser mayoritariamente positivos u oportunidades de negocio.

Eso sí, los muchos despachos que dedican parte de su tiempo a estudiar referencias o jurisprudencia para plantear o defender un caso, también deberán tener en cuenta que en muy poco tiempo ese trabajo lo van a hacer herramientas que los abogados solo van a tener que supervisar. Esto puede ser una gran oportunidad para determinados despachos, pero también puede significar que en otro tipo de despachos puede sobrar gente dedicada a ese trabajo, que podrá ser dedicada a otras actividades.

DLL: ¿Hasta qué punto creé que la falta de una regulación legislativa de muchas de las tecnologías objeto de su análisis está afectando al desarrollo del negocio de la abogacía y, cómo puede impactar en el mismo la aparición de una regulación?

JLR: A mí me preocupan los malos usos que se puedan dar a muchas de estas tecnologías, por ejemplo, por medio de la construcción de perfiles para la modificación de intenciones de las personas, como sucedió con el caso Cambridge Analytica. Cuando hay alguien, entidades, que son capaces de construir y de perfilar tus gustos la posibilidad de modificar la opinión es muy importante. O en los casos de Big Data y Analítica de datos que ofrecen tantas posibilidades comerciales, porque todo el mundo está pensando, justamente, en adaptarse a lo que quiere el consumidor.

Al final habrá que legislar sobre muchos de estos aspectos, sin poner puertas al campo pero manteniéndonos vigilantes en materia de respeto de los derechos fundamentales o de temas como el de la accesibilidad a aspectos como los tratamientos médicos de vanguardia, pues en la actualidad existen muchos tratamientos que ya existen pero que no están accesibles a la mayoría del público de la sanidad pública. Dicho de otra forma, hay gente que se está muriendo porque no tiene acceso a un tratamiento que ya existe. Es un tema grave que incide en una de las funciones institucionales de la abogacía.

Además está el inminente desafío que va a plantear el 5G y del que el gran público no es consciente. En la actualidad, el Internet de las cosas y la transmisión masiva de datos no es eficiente, ya que las tecnologías de que disponemos no permiten una difusión realmente apropiada de datos, que resulta muy cara con los actuales anchos de banda. Pero con la llegada del 5G eso va a cambiar de forma radical, la transmisión de datos va a ser ultrabarata y va a ser posible, por ejemplo, que nuestra propia ropa genere información y la transmita. Y esa batalla, de momento, la está ganando China, porque su tecnología 5G es la mejor y la que están comprando todos los países. Por eso yo creo que estamos en medio de una gran carrera comercial, no solo de seguridad nacional, que en gran medida han ganado los chinos.

Este Informe contempla tanto el impacto que prevemos que vaya a tener tanto el 5G como el Internet de las Cosas, pero como se trata de tecnologías todavía muy incipientes no se han analizado en profundidad sus posibilidades, aunque todo apunta a que va a transformar profundamente nuestras vidas al dotar de vida propia a nuestra nevera, a nuestras lavadoras o a las cerraduras de nuestras viviendas.

DLL: Se ha dicho que el tema de la transformación digital de la abogacía tiene que ver con la transformación del modelo de negocio

JLR: Así es, pero ese no es un problema exclusivo de la abogacía. Aplicar la innovación de forma práctica requiere un proceso de transformación, del negocio y de la persona, de cambiar lo que llaman los anglosajones el «mindset»; de hecho, eso es una de las grandes actividades en las que ahora mismo se están involucrando todas las grandes empresas y tendrá que llegar a las pequeñas; cambia la forma de trabajar que en el fondo es lo que han traído las tecnologías, las metodologías ágiles, cambiar incluso la forma de organizar los despachos, las empresas, que ya dejan de ser, digamos, por departamentos sino que pasan a ser por áreas enfocadas a clientes; es decir, todo el proceso de transformación está muy relacionado con el proceso de innovación, que es la parte transformacional, viene justamente de aplicar la innovación a la forma de enfocar el negocio.

Es un proceso complejo porque al final la tendencia de cualquier persona es a continuar como está y un proceso de transformación implica convencer a una persona de que trabaje de una forma diferente, porque así va a ser más eficiente. Es algo que está pasando ahora mismo en grandes empresas como Telefónica, BBVA o Santander y que va a llegar, evidentemente, a todos y todas y cada una de las empresas.

DLL: Parece que detrás de todo este tema está el de la formación ¿están formando adecuadamente las universidades españolas a los futuros abogados en este entorno en el que estamos ya?

JLR: Yo creo que hay una necesidad imperiosa a este respecto, además, en la medida en que las las escuelas de Derecho y las escuelas de práctica jurídica empiecen a incorporar ese tipo de contenidos van, pienso yo, a atraer a muchos más estudiantes y con mejores capacidades.

Lo cierto es que estamos a las puertas de un cambio de profundo alcance. Durante la elaboración del informe nos planteábamos en ocasiones la idea de que ¿te imaginas que en unos años no nos dejen conducir? ¿Estará prohibido conducir a no ser que tengas una póliza especial de conducir a mano? el vehículo autónomo está a punto de llegar, y eso significa que el big data y su conexión con el aprendizaje de máquinas y la inteligencia artificial va a cambiar por completo la forma en que vivimos.

DLL: Uno de los temas que mayor atención despierta es el relativo a la medicina, en concreto a la genética y las manipulaciones o transformaciones a las que se presta

JLR: Así es, se trata de un tema que puede tener unas consecuencias tremendas. Ahí está el tema de las patentes genéticas, un tema que yo creo que, o se legisla y se regula rápidamente, especialmente la humana, pero no solamente la humana, o no sé dónde vamos a llegar.

Por ahora el Tribunal Supremo de los Estados Unidos ha dicho que no se pueden patentar los genes existentes, pero sí los modificados. O sea, quiero decir, insisto, yo soy ingeniero, pero vamos, me parece una aberración, o sea me parece una aberración. Efectivamente, en la parte médica –de hecho, en el Congreso estuvo María Blasco, la directora del Centro de Investigaciones Oncológicas, que trabajó con Blackburn, la premio Nobel de Medicina con el tema de los telómeros, vamos me parece apasionante, yo he leído uno de sus libros y, vamos, me parece otro tema, el tema de la prolongación, no de que se muera más tarde, sino de que se viva más tiempo joven, me parece algo, que parece una tontería, pero va a cambiar la sociedad por completo.

DLL: Para concluir, ¿si tuviera que dar un consejo a los abogados que lean el Informe, cuál sería?

JLR: Al abogado que lea esto, el mejor consejo que le daría es que vea el contenido del informe como una oportunidad y que no se asuste. Hoy en día se habla mucho del coaching y demás ayudas transformacionales para los ejecutivos, y la principal función del coaching es, justamente, que pierdan el miedo, que dejen de tener miedo a las innovaciones y que las vean realmente como oportunidades, no solamente para su negocio, que también, sino como oportunidades para ayudar a sus clientes y generar confianza, porque cuando un abogado no es alérgico a las novedades, automáticamente eso el cliente lo nota.

Y, por otra parte, del Informe emanan cosas importantes que no pueden asumir las administraciones públicas y el regulador, sino que tienen que asumir organizaciones como los Colegios de Abogados y el propio Consejo de la Abogacía, en particular en aspectos como las buenas prácticas necesarias para que los abogados empiecen a asumir los efectos de esta transformación en su día a día.

Scroll
Scroll